lunes, octubre 22, 2012

SITGES 2012 - LO IMPOSIBLE


   Yo no soy ningún fan de “El orfanato”. La vi en su momento y me pareció un film mediocre, a medio camino entre el drama y el terror pero con una tendencia clara hacia la lágrima que encontraba en Belén Rueda el mejor instrumento para esa exposición exacerbada de sentimientos, algo que en mi cuadrícula del cine fantástico y de terror en concreto, no acababa de encajar.
   El nuevo film de J. A. Bayona ya es otra cosa. Liberado de la tendencia hacia el fantástico facilón que había emprendido nuestra cinematografía con un montón de títulos (olvidables en su mayoría) al rebufo de la frescura  con la que desembarcaron en su momento gente como Alejandro Amenábar o Jaume Balagueró, el director catalán se ha enfrascado en un film dramático en el que no necesita ni de fantasmas ni de sustos del más allá, ya que el horror le viene servido por la propia naturaleza.
   “Lo imposible” es una película que impresiona por su factura (probablemente estemos ante la producción nacional más aplicada y comercialmente llamativa de la historia de nuestro cine) pero también por lo bien rodada que está, lo cual no es sólo mérito del propio Bayona sino también de los responsables de producción que entendieron, o así parece, que para hacer una buena película no bastaba con cumplir en efectos especiales o llenar el reparto de estrellas internacionales, sino que también había que darle a su responsable último las herramientas que necesitara para que todos esos elementos lucieran en pantalla y cumplieran su función. Así, la planificación abunda en travellings, gruas e incluso planos aéreos que, en lugar de adornar la función como ha ocurrido en ocasiones anteriores en el erróneo pensamiento de que la espectacularidad es un valor en si mismo (ahí tenemos fiascos internacionales como “Battleship” o, en su medida, nacionales como “Agora”), son dosificados y utilizados para resaltar cada uno de los momentos que justifican su presencia.
   También me parece interesante recalcar el tono suave que Bayona aplica a su film enmarcando la película siempre dentro del drama humano y sin derivar, como hubiera sido fácil hacer, hacia una crudeza gore o un festival de horrores innecesarios que resultarían mucho menos efectivos que las sutilezas y los matices de los rostros de cuantos personajes se pasean por la película, las miradas de desesperación, de pérdida, de impotencia…
   Me parece un debate estéril entrar a discutir si era necesario o  no contar con actores extranjeros para interpretar a los protagonistas de esta película. Creo que un director debe elegir y contar para sus personajes con los que, a su entender, sean los mejores intérpretes posibles para dichos papeles. Y más allá de esta consideración, no podemos olvidar que en este mundo globalizado que en el cine además está muy centrado en el star system de Hollywood, la única forma de hacer rentable una película es tratar de llegar al mercado internacional y, nos guste o no, las estrellas siguen siendo la principal arma de cualquier distribuidor para conseguir una buena taquilla.
   “Lo imposible” puede ser criticada por ser excesivamente sensiblera (comentarios que han tenido que sufrir obras maestras como “Memorias de Africa” o “El paciente inglés”) pero a mi entender lo que tenemos delante es un drama tremendamente efectivo al que ni siquiera afecta el que el espectador conozca antes de pagar su entrada el desenlace de la historia. El drama no parte de su final y se construye alrededor de éste. En “Lo imposible” el drama es la historia en si, el viaje de sus protagonistas a los que acompañamos como privilegiados supervivientes de un desastre que no nos alcanzó físicamente pero que ahora, gracias a J. A. Bayona y su equipo nos toca directamente el corazón.

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